Sobre Israel
He sido papá de perros durante estos últimos veinte años. En este tiempo he tenido a Inti y a Rumi, y los hijos de ésta, Huk y Sullka que aún están conmigo. Mis niños (como les llamo pues no tengo hijos) tienen quince años y pese a sus achaques aún conservan cierta vitalidad y mantienen intacta su capacidad de amar. Eso sí, como ancianos que son necesitan cuidados especiales y hay que tener mucha paciencia pues ya no escuchan bien, reaccionan lento y las articulaciones no responden como antes. Hasta hace poco nos íbamos a pasear a la Dehesa Boyal de San Sebastián de los Reyes pues se encuentra a apenas diez minutos. Se trata de un bosque seco de encinas y pinos y es el sitio favorito de los vecinos para pasear y hacer deporte.
Nosotros vivimos en el barrio Dehesa Vieja de Sanse, un barrio nuevo lleno de familias jóvenes y con mascotas; para éstas hay habilitadas dos recintos especiales donde pueden jugar y socializar los perros, y también disponemos de varios centros veterinarios. Mi piso no es muy grande, de 76 m2, con tres habitaciones. En mi despacho solían dormir Sullka y Huk, pero ahora que son más mayores ellos prefieren estar en nuestro dormitorio.
Se que no muy tarde llegará el momento de despedirme de Huk y Sullka y que será muy doloroso, pero creo que ha valido la pena formar una familia con ellos y cuidarlos y amarlos. Cuando ellos ya no estén me gustaría adoptar una perrita y darle todo el cariño que necesite. De lo que no me cabe duda es que a nosotros nos dará mucho amor. Por cierto, lo que más me gusta de los perros es su mirada, limpia, sincera y frágil pero cargada de cariño.
Hace poco he presentado mi tesis doctoral en arqueología peruana y ahora me encuentro desempleado, por lo que dispongo de todo el tiempo para dedicarme por completo a este desempeño que, sin duda, es el trabajo ideal. Gracias y hasta pronto.