El primer día lo pasó un poquito mal porque estaba asustada. A partir del segundo día se relajó y pudimos verla tranquilita en casa en su sitio o conmigo a recibir mimos en el sofá. También me traía la pelota para que jugara con ella. Y en el parque estaba pendiente de mí para jugar. Tuvo un par de días revoltosos en los que se hizo pis y caca en el salón, pero por lo demás se portó muy bien.