Gin es sin sin duda uno de los cachorros más bonitos que he podido cuidar. Es precioso, tan pequeño y juguetón que se te cae la baba mirándolo. Como todos los perros pequeños, sólo quiere juego y más juego, aunque no necesita mucho para entretenerse y luego caer rendido. Gracias a su dueño Emilio, por haberme confiado su cuidado.