Jackie, el primer día estuvo un poco revolucionado, nerviosillo, hasta la noche. Al tranquilizarnos nosotros sentados en el sofá ya se calmó y a partir de ahí ya fue una maravilla. Como la mayoría de perros que nos traen, no dejan de seguirnos a cualquier sitio de la casa a donde nos movemos. Comió bien y hemos estado muy contentos de tenerlo con nosotros, respetando siempre nuestras "órdenes", hemos paseado por el barrio conociendo otros perros y saludándose entre sí. Lo hemos pasado muy bien con él. Y, como con todos, al final nos da pena que se vayan. Esperamos que repita, estaremos encantados.