Jonás es un santo, y tiene la suerte de que tanto su dueña como el resto de la familia son auténticos amantes de los perros. Tiene un poco de miedo a resbalarse en pavimentos lisos, pero con paciencia y poniéndole sus alfombrillas se lleva bien, por lo demás es excelente y cariñoso como buen labrador. Ha sido genial cuidar de Jonás!