Kai se porta muy bien en casa. No hace el más mínimo destrozo. Sólo es un poquito pesado porque le encanta la gente, pero está acostumbrado a estar solo y se queda tranquilo. Puede ladrar, pero no en exceso. Los inconvenientes son que tira mucho de la correa y no gestiona bien todos los perros. Marca a los cachorros y tiene conflicto con los perros grandes, que son los que le dan miedo. Es lo que se denomina un perro reactivo.