Kai es un perro muy guapo y obediente, sabe sentarse, tumbarse y dar la patita y me hacia caso aunque no me conociera. Tampoco tira de la correa. En casa al principio se puso a lloriquear, no se si porque se puso triste por estar sin su dueño o porque quería que le hicieran caso. Pero si pasas de él o le chistas se calma enseguida y se tumba. Solo hay que tener cuidado con él con otros perros, pasa de la mayoría pero hay algunos machos con los que se enfrenta. De eso bien os informará su dueño, Carlos, un hombre muy majo y atento que sin duda se nota que se desvive por su compañero Kai. ¡Muchas gracias a los dos!