¡Sin palabras! La verdad es que es un perro formidable, cariñoso y "trasto" (como cachorrete que es). Se me había olvidado la energía que podía tener un cachorro de 4 meses. Pero muy muy bien...Con Duque al principio hubo celillos, pero al rato adoptó la postura de "Papá" de Kenzo y todo fue de maravilla. Cuando salíamos estaba pendiente de que ningún perro que no conociera se acercase a él, ya que lo protegía. Cuando vinieron a por él Sandra y su chico, no quisimos que se lo llevaran. Vuelve pronto, Kenzo.