En casa Kira es un ángel, callada y calmada. Pudimos dejarla sola en con todos los muebles y objetos y todo se mantuvo intacto. Paseando suelta por el campo es genial, se aventura a explorar por delante pero siempre se mantiene en tu campo visual, es ágil y le sobra energía. La única pega es el paseo por ciudad: en ocasiones tira bastante y es muy asustadiza de bicicletas, niños corriendo e incluso otros perros, lo cual hace que ladre y esté intranquila.