Pepa sabe lo que quiere y sabe como conseguirlo. Te pone ojitos amorosos pero solo cuando tienes comida en la mano, aunque sea una monda de patata. Se pasea muy bien, no va corriendo ni demasiado despacio, y tiene un poder de destrucción de pelotas que no me imaginaba. Se propuso descubrir que contenían las pelotas de tenis y lo consiguió. Ronca un poco pero no te despierta por las noches ladrando ¡En general lo hemos pasado genial!