Pepe adora a su familia y se hace querer. Es todo un señor perro. Él solito organiza su día, sabe cuándo comer y cuándo jugar, y cuándo llega la hora de irse a dormir. Aprende a la primera cuando intentas enseñarle algo. Siempre está dispuesto a colaborar contigo si le demuestras que lo que propones es razonable. Si le demuestras que vas en serio, Pepe también cumplirá su parte. Te encariñas con él casi sin darte cuenta. Pepe nunca se enfada. En resumen, es un encanto. Sin darte cuenta, ya tienes otro buen amigo con quien jugar a la pelota.