Ringo...me enseñó en esta primera vez, que la alegría, el entusiasmo y la vitalidad no deben perderse nunca. Para verle feliz y ponerme a su altura, me dejé guiar por sus juegos y sus ansias de recorrer terrenos y jugar al flippi. Que agradable saber que, existen seres tan agradecidos y confiados como él. Lo echamos de menos al granujilla!!