Se ha portado muy bien a pesar de encontrarse en otra casa, aunque costó uno o dos días en cogernos confianza, en seguida se adaptó a la nueva casa y el nuevo barrio. Muy cariñoso, siempre con ganas de mimos, dócil, muy juguetón y bastante obediente a pesar de no ser yo su amo. En definitiva, un perro fantástico y muy bien educado.