Es un perro con mucho miedo. Al principio hay que tener más cuidado ya que por culpa del miedo lanza bocado. Llegó a estar tranquilo en casa y hasta jugó con mis perras. En ese estado es un perro cariñoso. Trabajamos para que estuviera relajado y sin ansiedades. Para ello, hay que ser constante, y lo conseguimos. En el paseo tiraba a veces. Creo que si hubiera estado en un entorno con un perro o ninguno habría sido más llevadero y menos traumático para él.