Como siempre muy bien. Poco a poco coge confianza y juega. Controla muy bien la mordida al jugar para no hacerte daño. Y después de jugar como loco, tiene sus momentos de calma en casa. Es muy cariñoso. La calle todavía le estresa y no deja de sacudirse y mirarte, así que le llevo a sitios tranquilos. Es muy listo y entiende todo rápido.