Mi perro es un señor jubilado que pasa de problemas y sobredosis de energías cachorriles.
Necesita confianza para que otra persona fuera de su núcleo se pueda acercar y sobarle como le gusta. No te muerde pero si no le gustas es arisco y marca el límite.
Respecto a otro perro (específico: macho), se huele pero no marca o establece jerarquía. Creo que él se encuentra en una balsa de aceite donde acepta el/la bien recibido/a, y una vez ve el percal sigue con su vida de paz.