DUC

Bretón

Duc estuvo de prueba una noche antes de quedarse y no hubo ningún problema. Al ser tan mayor, durante los paseos hay que sujetar bien la correa para evitar que tropiece y se caiga con el morro al suelo. Las patas le fallan bastante si está quieto, pero caminando puede controlarlas bastante bien. Durante las tardes, tal como me dijeron sus dueños, Duc tenía un rato en el que parecía desorientado. Con un ladrido avisaba que quería levantarse (hay que ayudarle) y daba vueltas por casa hasta que se cansaba, volvía a pedir ayuda, y así durante un rato no muy largo. El problema inesperado fue que, al ser tan mayor, el día que le dejaron definitivamente conmigo se pasó la noche ladrando para levantarse, dar una vuelta y repetir así la rutina de esa tarde. Avisé a los dueños y probamos diferentes cosas que su veterinario les sugería. Como toma medicación, subimos un poco alguna, intentamos hacer paseos mucho más largos para que estuviese más cansado... Por desgracia durante cinco días la experiencia se repitió y la falta de sueño, ya que me despertaba varias veces por la noche, hicieron que no descansara, y las posibles quejas de los vecinos por los ladridos de madrugada me hicieron llamar a los dueños y plantearles buscar a otra persona. Una amiga de los dueños, una de las personas que dejaron de referencia, me llamó y me dijo que los días restantes se ocuparía ella. Como perro es buenísimo. Un poco tímido, dado que tuvo una mala experiencia en el pasado, pero le gustan las caricias ¡Y los premios! Aún así, al ser tan mayor, le pasó lo mismo que a cualquier persona de mucha edad. La desorientación que tenía era tanta que no podía dormir y, al no poder levantarse por sí mismo, yo tampoco.