Un día en la vida de una cuidadora de Gudog

Inés Villanueva cumple 23 años este 2020 y estudia el último curso de Biología en la Universidad Complutense de Madrid. A pesar de la dedicación que conlleva el Trabajo de Fin de Grado (TFG) que prepara estos días, no es raro cruzarse con ella por Madrid Río, el gran parque por el que suele desconectar y pasear junto a los perros que cuida a través de Gudog. Tampoco es extraño, como cuenta en su perfil de cuidadora, que se olvide de la hora que marca el reloj y que acabe caminando por otras zonas tan conocidas de la ciudad como la Casa de Campo o el Parque del Oeste.

‘Desde pequeña me inculcaron el amor por los animales y lo importante que es tratarlos como a un miembro más de tu familia’, nos explica. Se nota desde el primer momento que tiene esa pasión que conquista a nuestro equipo a la hora de verificar perfiles de cuidadores, así como a todas las personas que necesitan encontrar a alguien especial que se encargue de una de las cosas más importantes de su vida: su perro.

‘Fue una amiga quien me convenció para abrir un perfil en Gudog’, recuerda. En aquel momento no compartía hogar con ningún perro, ya que acababa de trasladarse a Madrid y en su colegio mayor no estaba permitido el acceso de animales. Fue en esa misma época cuando se animó a unirse al programa de la Fundación ONCE del Perro Guía, algo que asegura que ‘conllevó mucho sacrificio pero que se acabó convirtiendo en una de las mejores experiencias de mi vida’. Y así fue como un tiempo después se mudó a un piso en el que pudo acoger a una perra labradora de la ONCE llamada Giga que ha terminado viviendo con ella tras seis meses de entrenamiento y que comparte juegos con los amigos de cuatro patas que llegan a sus manos a través de Gudog.

¿Y cómo es un día en la vida de una cuidadora de perros? ‘Pues como el de quien comparte su tiempo con un perro propio’, responde. De lo que nunca se olvida es de preguntar a la familia de cada animal por sus costumbres para adaptarse todo lo que pueda, además de intentar que pasen solos el menor tiempo posible. ‘Solemos dar un buen paseo antes de la hora del desayuno, para volver a salir juntos al mediodía, tras lo que llega la hora de la siesta. No falta una tercera salida antes de acabar el día’, afirma.

‘Conozco otras plataformas, pero decidí decantarme por Gudog. Aunque no he tenido que recurrir nunca a la cobertura veterinaria con los perros que he cuidado, aquí me siento más segura al contar con ese valor añadido. También valoro mucho su gestión de pagos, su fiabilidad y su facilidad de uso’. ¡Bonitas palabras las que nos dedica!

Inés declara que antes de aceptar una reserva anima a los propietarios a que la conozcan, así como a visitar su casa si lo desean. Así trata de demostrar que el animal va a estar en buenas condiciones, al mismo tiempo que pone a prueba la compatibilidad del perro visitante con Giga. Durante los días que un huésped está a su cargo, mantiene el contacto con sus seres queridos por whatsapp, por donde envía vídeos y fotografías de forma regular. ‘Al final se trata de dar el servicio que me gustaría que a mí me dieran si dejara a mi perra a terceras personas’, resume.

A la hora de señalar lo que más feliz le hace de formar parte de la comunidad de cuidadores de Gudog, Inés no duda: ‘me quedo con el lametón de buenos días de cada nuevo perro al sonar el despertador cada mañana’. Tampoco se olvida de Julián, el primer peludo que cuidó a través de nuestra plataforma.

Nuestra cuidadora asegura estar en contra de la clasificación que señala a los perros potencialmente peligrosos, ante lo que opina que ‘un perro se convierte o no en peligroso en función de la educación y el tiempo que le dediquen las personas con las que convive, pero nunca nace con la violencia en sus genes’. Entre las cuestiones que mejoraría para potenciar la integración de los perros en la sociedad, señala la necesidad de contar con más zonas específicas para ellos, así como la importancia de que cada vez puedan acceder a más sitios públicos y de lo beneficioso que sería que los precios de los servicios veterinarios fuesen más accesibles para todos.

Si uno revisa los comentarios de los clientes que han confiado en ella, no encontrará ninguno que baje de las cinco estrellas. Los hay que incluso recuerdan cómo al recoger a su perro vieron, perplejos, cómo el animal frenaba en seco y miraba atrás por si su nueva amiga volvía a darle unos mimos. Algunos dicen que tiene un don y dejan claro que repetirán siempre que puedan, otros subrayan su entrega. ‘Al final, esas valoraciones son una recompensa al trabajo que haces cuidando a un miembro de su familia’, explica. Los hay que incluso la escriben para saber qué tal le van las cosas.

Símbolos de la lealtad, los perros se han convertido en un motivo para sonreír en la vida de Inés desde que le alcanza la memoria. Ya sea porque, al igual que ellos, esta joven cuidadora y futura bióloga cuenta con una importante concentración amorosa o porque una vez descubrió en el sonido de un ladrido un lenguaje tan enigmático y hermoso como el balbuceo de un bebé, la realidad es que con sus valores, experiencia y valoraciones encarna a la perfección el don del cuidador de Gudog que se desvive por hacer sentir en casa a aquellos animales que le confían.