Si tienes la suerte de compartir tu vida con un perro, ya sabrás que hay y habrá ciertos momentos feos en vuestra relación. Uno de ellos, el momento del baño.
Con algunos perros la tarea es sencilla: disfrutan del agua, de la espuma, del secado, o simplemente lo toleran. Pero con otros…¡madre mía!
Lo más importante es conseguir que la hora del baño no se convierta en una experiencia traumática para nuestro perro, pero para ello tendrás que armarte de paciencia y sobretodo, informarte mucho antes de dar el paso de bañar a tu perro.
Una buena forma de empezar a acostumbrar a tu perro a sus futuros baños es hacer ejercicios de manipulado, ya que será una de las cosas que más odie en su futuro como perrete adulto.
Para ello, bastará con dedicar cinco minutos al día a tocar, levantar, estirar hacia delante y hacia atrás las cuatro patas de tu perro, siempre en periodos muy cortitos y aumentando el tiempo progresivamente si su reacción no es negativa. Por supuesto, premia siempre cada tanda de manipulado que hayáis realizado con éxito. Además de esto, cepilla o peina a tu perro unos segundos al día mientras juega con algún juguete o come algo delicioso, y dedica unos segundos a tocar sus orejas, nariz, barriga y boca.
La primera pregunta que seguramente te hayas hecho:
¿Cada cuánto tiempo debo bañar a mi perro?
Bueno, muy sencillo: deberás bañar a tu perro cuando lo necesite de verdad.
Hay personas que bañan a su perro cada semana, y otras que lo bañan cada tres meses. Lo más importante es que mantengas el pelaje y piel de tu perro aseadas en el día a día, y esto puedes conseguirlo cepillando cada día a tu perro para retirar la suciedad y pelo muerto. También puedes utilizar toallitas de limpieza (específicas para perros) o algún champú en seco.
Si tienes un cachorro, deberás esperar a que tenga todas sus vacunas y desparasitaciones completas para bañar a tu perro, pero hasta entonces puedes valerte del cepillado y limpieza con toallitas como comentábamos anteriormente.
¿Dónde puedo bañar a mi perro?
Peluquerías caninas de bajo estrés:
Si no tienes tiempo, ganas, o experiencia bañando a un perro, lo mejor es que acudas a profesionales del sector. Hay peluquerías caninas muy buenas pero tendrás que informarte un poco antes de dejar a tu perro en manos de cualquiera. El momento baño suele ser algo estresante para casi todos los perros, y las instalaciones o las prisas de algunos peluqueros caninos por bañar a tu perro podrían no hacerle ningún bien.
Asegúrate de que las instalaciones no generarán demasiado estrés a tu perro: ladridos o lloros de otros perros, mucha gente en la sala, música muy alta o ruido de la calle, etc. Pide poder quedarte a ver cómo bañan a tu perro, y si crees que tu perro ha estado “más o menos” a gusto, tal vez ya hayas encontrado tu peluquería canina de confianza.
Nuestro consejo es que busques una peluquería canina de bajo estrés en tu ciudad. Nuestra compañera Sakura acudió a la peluquería canina Mr. Mutt y no pudimos estar más contentas con el resultado.
Zona de lavado de perros en gasolineras:
Algunas gasolineras tienen una zona de lavado para perros, donde tienen una bañera en el exterior con una manguera y una cadena para enganchar a tu perro. Si puedes evitar utilizarlas, tu perro te lo agradecerá. El ruido de los coches, olor a gasolina, personas pasando que por supuesto querrán ir a ver cómo bañas a tu perro, podrían poner a tu perro en una situación límite e intentará huir. Y teniendo en cuenta las localizaciones de las gasolineras, ¡es mejor prevenir que lamentar!
Bañera o ducha en casa:
Si vas a bañar tú mismo a tu perro lo mejor es que lo hagas en casa, acondicionando tu bañera o ducha para ello (siempre y cuando tu perro tenga el espacio suficiente en ella). ¡Asegúrate de tener todo lo necesario antes de comenzar con la tarea!
Preparativos antes del baño:
Lo primero que deberás hacer es dejar todo listo antes de meter a tu perro en la bañera o ducha, ya que una vez dentro te será muy complicado salir y entrar del baño para buscar cosas.
- Pon una alfombrilla o toalla en el suelo de la bañera o ducha, ya que la sensación escurridiza que tu perro sentirá en ella no será nada agradable para él.
- Prepara una o dos toallas secas.
- Ten a mano su champú, acondicionador (si utiliza), una esponja y un cubito o recipiente con el que vertir agua.
- Ten cerca el cepillo y secador.
- Por supuesto, ¡cárgate los bolsillos con su chuchería preferida!
¿Cómo bañar a mi perro?
Antes de bañar a tu perro, es recomendable que le des un buen cepillado para retirar todo el pelo muerto que sea posible.
Una de las cosas que más incomoda a nuestros perros a la hora del baño es la postura de indefensión que adquieren: están metidos en un recipiente grande con una persona con el cuerpo completamente encima de él, manipulando todo su cuerpo y apuntándole con un grifo ruidoso por el que sale agua a presión.
Una buena idea para intentar minimizar esta sensación es que te metas en la bañera o ducha con él. El hecho de estar a la misma altura o nivel que tú le hará sentirse más seguro. Así que ya sabes, ponte el traje de baño y ¡al agua patos!
Vamos a llenar la bañera solo hasta la altura de sus patas, sin llegar a su pecho, y con el agua tibia. Con el cazo o recipiente, iremos aplicando agua suavemente y despacio sobre su lomo, y nunca sobre su cabeza. Recuerda hablar de manera muy suave a tu perro mientras, y no le grites ya que se pondrá nervioso e intentará huir. Siempre que mantenga una actitud calmada, prémialo con una chuchería.
Una vez su pelaje esté mojado, aplicaremos su champú en la palma de nuestra mano, y con ella masajearemos todo su lomo haciendo espuma. No olvides su pecho, barriga, cola, y por último las patas. Deja todas esas partes del cuerpo que tu perro odia que le toquen para el final. Para su cara y cabeza, puedes coger una toalla pequeña o paño y humedecerlo con agua y un poco de espuma y limpiar suavemente su cara, surcos faciales, orejas, etc.
Ya puedes vaciar la bañera y comenzar a enjuagar a tu perro. Lo haremos suavemente con el recipiente o si no está muy asustado, con la alcachofa de la ducha con poquita presión y siempre con el agua tibia. Ve frotando su cuerpo para retirar la espuma y no te olvides de las zonas más escondidas de su cuerpo como las axilas, ingles, barriga, debajo de la cola, etc., pero nunca apuntes el chorro de agua sobre su cara. Tu perro estará correctamente enjuagado cuando el agua que cae sobre su pelaje salga completamente limpia. Puedes presionar suavemente su pelo para escurrir el agua antes de sacarlo de la bañera o ducha.
Cubre a tu perro con una toalla lo más grande posible, y te recomendamos también poner una toalla grande en el suelo. Seguramente él mismo se frote contra ella para intentar secarse, así que ya es un trabajo que te ahorras. Envuelve a tu perro con la toalla seca y ejerce masajes sobre él para ir quitando la humedad de su cuerpo. Pon especial atención a sus patas, y seca bien sus almohadillas y no olvides secar las cavidades que hay entre sus dedos.
Si tu perro no tolera bien el secador y además hace buen día, puede ser un buen momento para bajar a dar un paseo y secarnos al aire libre. Nuestra recomendación es que quites toda la humedad posible de su piel y pelo con el secador y una vez esté casi seco, le des un buen cepillado y por supuesto una buena chuchería porque se lo ha ganado.
¿Qué champú es mejor para mi perro?
En el mercado encontrarás infinidad de productos para la higiene de los perros. Si tu perro tiene problemas de piel, lo mejor es que acudas a tu veterinario para que te recomiende un champú para pieles atópicas, antipicores o específica para el problema de tu perro.
Si no, podrás elegir su champú en función de su tipo de pelaje o color: los hay para pelo corto o largo, manto blanco o negro, champús con acondicionador para perros de pelo fino con tendencia a enredarse, ¡e incluso champús voluminizadores!
¿Nuestra recomendación?
Si tu perro no tiene ningún problema de piel o pelaje, utiliza un champú natural sin perfumes añadidos ni colorantes, con una base de aloe vera que le dará una sensación de frescor.
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