Los humanos hablan, los gatos maúllan, las vacas mugen y los perros ladran. Es una de sus múltiples formas de comunicación con nosotros y con otros perros, y por ello, debemos esforzarnos en aprender qué quieren decirnos en todo momento.
¿En qué situaciones ladra mi perro?
- Cuando vamos al parque
Debemos prestar atención cuando ladre: ¿Ladra para incitar a otro perro a jugar, o por el contrario ladra para avisarles de que se alejen de él? En este caso, debemos consultar a un especialista antes de que este problema vaya a más.
- Cuando oye un ruido
Es muy habitual que nuestro perro ladre cuando, estando en casa, escucha un ruido desconocido o por ejemplo, llaman a la puerta. Es normal, es su territorio y quiere alertarnos y protegernos de cualquier extraño. Basta con no alentar ese comportamiento con caricias o chucherías y simplemente ignorarlo.
- Cosas que le asustan
La cosa cambia cuando los ladridos son en la calle, estando de paseo. Tu perro ladra a las personas, a los coches, las motos, incluso a los semáforos. De nuevo, consulta con un especialista ya que tu perro tiene miedo cuando no debería tenerlo. Te aconsejamos que no acaricies a tu perro en esas situaciones, y que le expongas todo lo posible a las cosas que crees que le asustan (sin que esto sea un trauma para él). Trata de mantener toda su atención en otra cosa cuando paséis cerca de algo que no le gusta. ¿Ha conseguido pasar al lado de ese semáforo tan feroz sin ladrarle? ¡CHUCHERÍA!
- Ansiedad por separación
Lo más temido por los propietarios de perros: irnos a trabajar y que al volver nos cuente el vecino que tu perro se ha pasado toda la siesta ladrando. Por no hablar de los cojines destripados, las puertas arañadas y un sinfín de desastres más. Esto es lo que conocemos como “ansiedad por separación”, y es un problema que no debemos dejar pasar. Te recomendamos hacer pequeñas salidas, (tan solo unos minutos) y regresar, e ir incrementando el tiempo. No entres nunca a casa si oyes a tu perro ladrar o llorar. Espera a que se calle y haya pasado al menos unos segundos en silencio. No hagas despedidas o reencuentros muy efusivos con tu perro. Márchate con normalidad, y al regresar ignórale hasta que se haya calmado. Premia a tu perro si ha conseguido estar unos minutos sin ti en silencio y sin romper nada. ¡Buen chico!
Habla con un especialista si estos trucos no funcionan, pero no utilices collares de descargas para tu perro. Estos collares lanzan una descarga eléctrica a tu perro cuando ladra y a la larga son perjudiciales para su salud, física y mental. No soluciona el problema, simplemente lo paraliza y camufla. Descubre por qué ladra tu perro e intenta trabajar en ello, al fin y al cabo es un miembro de tu familia.
Si aún así quieres disfrutar de un silencio absoluto en tu hogar, pero sin renunciar al cariño de un animal, te animamos a que adoptes un gato… ¡o un Basenji!
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