Un estudio revela qué piensan los perros de nosotros

Todos queremos a nuestro perro.

Por la manera en la que los perros mueven su cola, invaden nuestro regazo y nos roban la almohada, realmente parece que nuestros perros también nos quieren. Pero hasta que los perros no puedan decirnos qué pasa dentro de sus peludas cabezas, ¿podemos estar seguros de ello?

De hecho, sí. Gracias a los recientes avances tecnológicos en imágenes cerebrales, estamos comenzando a obtener una mejor imagen de lo que ocurre dentro de un cráneo canino y sobre qué piensan los perros de nosotros.

Científicos están estudiando el cerebro de los perros. Y lo que los estudios ya muestran son buenas noticias para todos los propietarios de perros: No sólo parece que los perros nos quieren: también nos ven como parte de su familia.

La evidencia más directa que demuestra que los perros nos quieren proviene de un estudio de neuroimagen reciente sobre el procesamiento del olor en el cerebro del perro.

Científicos de la cognición animal de la Universidad de Emory entrenaron a perros para que permaneciesen tumbados en una máquina de resonancia magnética, y utilizaron fMRI (imágenes de resonancia magnética funcional) para medir sus respuestas cerebrales al olor de personas y perros, tanto familiares como desconocidos. Ya que los perros rastrean el mundo a través de su nariz, la forma en la que ellos procesan el olor ofrece una gran cantidad de conocimiento potencial en el comportamiento social.

Un perro esperando ser escaneado en el MR Research Center de Budapest

Los científicos descubrieron que el olor de los propietarios de los perros provocaba la activación del “centro de recompensas” de sus cerebros, situado en el “núcleo caudado”. De todos los olores que podían percibir, los perros priorizaban seguir el rastro de su propietario antes que cualquier otra cosa o persona.

Estos resultados coinciden con otra investigación de neuroimagen canina. En Budapest, investigadores de la Universidad Eotvos Lorand estudiaron la actividad del cerebro de los perros y las respuestas a diferentes sonidos de humanos y perros, incluyendo voces, ladridos y otros gruñidos sin significado así como los suspiros que ambas especies emiten. Antes de este estudio, no teníamos ni idea de lo que pasaba dentro de los cerebros de los perros cuando los humanos hacemos sonidos.

Entre otros sorprendentes hallazgos, el estudio reveló marcadas similitudes entre la forma en que el cerebro del perro y el del humano procesan los sonidos vocales con carga emocional. Los investigadores descubrieron que los sonidos alegres en particular iluminan la corteza auditiva en ambas especies. Esta coincidencia habla del sistema de comunicación como fuerte vínculo entre humano-perro.

En resumen: los perros no sólo parecen entender nuestros cambios de estados de ánimo; sino que están físicamente “diseñados” para ello.

“Es muy interesante entender las herramientas que ayudan con éxito en la comunicación vocal entre dos especies“. – nos cuenta Attila Andics, neurocientífico y autor del estudio. “No necesitábamos neuroimágenes para ver que la comunicación entre perros y personas funciona, pero sin ellas, no entendíamos por qué funciona. Ahora, estamos de verdad comenzando a hacerlo“.

La investigación sobre el comportamiento apoya esto también. De acuerdo con Andics, los perros interactúan con sus cuidadores humanos de la misma forma en la que los bebés lo hacen con sus padres. Cuando los perros están asustados o preocupados, corren hacia sus propietarios igual que cuando un niño en apuros lo hace hacia sus padres.

Los perros son también el único animal no primate que mira a las personas a los ojos. Esto es algo que Andics, junto a otros investigadores, descubrieron hace una década cuando estudiaban la domesticación de los lobos, los cuales él pensó que podrían compartir ese rasgo. Este es un comportamiento único de perros y humanos — los perros buscan el contacto visual con las personas, pero no lo hacen sus padres biológicos los lobos.

“El vínculo con sus propietarios es mucho más importante para los perros que para otras mascotas“, dijo Andics.

Los científicos también han mirado la relación perro-humano desde la otra dirección. Si le damos la vuelta, el sentimiento de las personas hacia los perros es recíproco. En un estudio publicado en PLOS One en Octubre, el Hospital General de Massachussets midió la actividad cerebral humana en respuesta a fotos de perros y niños. Los participantes del estudio eran mujeres que tenían perros y bebés desde hacía al menos dos años. Ambos tipos de fotografías despertaban la actividad en regiones del cerebro asociadas a las emociones, recompensa, fidelidad, proceso visual e interacción social. Básicamente, los peludos y (generalmente) menos peludos miembros de la familia nos hacen felices por igual.

Los amantes de los perros han cometido unas cuantas meteduras de pata en la interpretación de las expresiones faciales de los perros, asumiendo que muchas de sus caras cuando les regañamos significan culpabilidad, una emoción que, (y muchos expertos en comportamiento están de acuerdo), requiere una polifacética noción de nosotros mismos y que los perros probablemente no tengan.

Pero, como con cualquier otro familiar, nuestras corazonadas sobre el comportamiento de nuestro perro a menudo son correctas.

“Algunas veces nuestra intuición sobre qué está sucediendo dentro de la cabeza de nuestro perro es la acertada“, dice Laurie Santos, jefa de investigación en el Centro de Cognición Canina de Yale. “Así como los perros están buscando ayuda en nosotros, – y eso es una verdad basada en estudios – esto es distinto en sus parientes cercanos, los lobos“.

El deseo concreto o preocupación que podemos ver en la mirada de un perro no siempre estará claro. Pero podemos saborear el hecho de saber que nuestros perros nos quieren tanto como esperamos, puede que incluso más. Incluso aunque no sean nuestro hijos de pleno derecho, ellos nos ven como a su familia.

¿Y nosotros? Bueno, ellos siempre serán nuestros bebés 🙂

Artículo traducido de Mic.com