La semana pasada nos sorprendía para bien una noticia: la propietaria de una protectora de animales en Torremolinos (Málaga) estaba condenada a más de tres años de prisión por “delitos continuados de maltrato a animal doméstico y de falsedad en documento oficial y delito de intrusismo profesional”. Esta sentencia hace historia. Por primera vez en España una persona cumplirá una pena de cárcel por maltrato animal. Desgraciadamente, los casos en los cuales los tribunales humanos hacen justicia para los perros son demasiado pocos. Es habitual ver condenas por maltrato animal a la orden del día de numerosas entidades judiciales dentro y fuera de nuestras fronteras, pero suelen acarrear condenas administrativas o económicas. La entrada en la cárcel de Carmen Marín, la propietaria de Parque Animal, es una primera victoria para los defensores de los derechos de los animales. A partir de ahora, esperemos que ningún caso de maltrato animal quede impune.
La justicia española dictó una sentencia sin precedentes
En su protectora de Torremolinos, Carmen Marín inyectaba productos eutanásicos a los animales sin sedación previa y en dosis inferiores a las necesarias, para ahorrar costes. Esto provocaba el fallecimiento de los perros y los gatos del centro tras una larga y dolorosa agonía. Los animales estaban sanos y la eutanasia no estaba justificada en estos casos: muchos de ellos eran camadas enteras de cachorros o hembras en estado de gestación. Las infracciones de la propietaria del centro no terminan aquí: Marín ejercía intrusismo profesional, administrando estos productos letales sin la titulación necesaria. También practicaba falsedad documental al simular la firma y el sello de veterinarios en la lista de animales incinerados en su centro, con el objetivo de cobrar el servicio del Ayuntamiento de Torremolinos. Tras un largo periodo de investigación y de procesamiento judicial, por fin el pasado 9 de noviembre el juez del Juzgado de lo Penal Número 14 de Málaga ha confirmado la condena de tres años y nueve meses de prisión para Carmen Marín, además de una multa de 19.800 euros. Esta condena histórica ha sido posible en parte gracias a la labor de la organización protectora de animales El Refugio que se ha presentado como acusación particular en este caso y ha volcado mucho tiempo y energía en su resolución.
En dos años sacrificaron en Parque Animal a más de 2.000 animales
Os dejamos aquí la pieza integral del Telediario del 9 de noviembre 2017 de TVE. Advertimos de que algunas imágenes han sido tomadas dentro de la propia protectora por nuestros amigos de ElRefugio.org o el SEPRONA de la Guardia Civil y que las condiciones en las cuales se han encontrado a los animales podrán chocar a más de uno.
Tres años y nueve meses de condena que se quedan cortos en comparación con la vida de los miles de animales que “la Exterminadora de Parque Animal” se ha llevado por delante, con una inmensa crueldad como único criterio para guiar sus actos. Desde El Refugio, Nacho Paunera su director cuenta que apagaban las cámaras de seguridad del centro y subían el volumen de la música por la megafonía con el fin de tapar el ruido de la agonía de los animales. Añade que “en los periodos de verano llegaban a producirse hasta tres tandas de exterminio cada semana. Era tal el ritmo de sacrificios que la acusada compró 15 litros de producto eutanásico, 25 veces más de lo que se consume normalmente en una clínica veterinaria en el periodo investigado”.
Días libres para cuidar de un perro enfermo
Pero afortunadamente, la justicia puede proteger a los animales no solamente para condenar su maltrato, sino también para velar por su bien estar y correcto cuidado. Hace unos meses fuera de nuestras fronteras, otro tribunal dictaba sentencia para dar protección a los derechos animales. En Italia una empleada de la Universidad La Sapienza de Roma obtenía el reconocimiento a tener derecho a unos días libres retribuidos en el trabajo para el cuidado post operatorio de su perra de 12 años enferma de carcinoma de laringe.
Operaron a Cucciola la perra de Ana para intentar salvarle la vida. Pero al vivir sola, Ana no tenía a nadie que le pudiese echar una mano en el cuidado post operatorio de su perra. Pidió dos días libres en el trabajo explicando su situación y cual fue su sorpresa cuando más adelante se dio cuenta que le habían imputado estos días en concepto de “vacaciones”. Con la ayuda de la protectora de animales LAV, Ana llevó su caso delante de los tribunales y los jueces se declararon a su favor. Le ampara el código penal italiano que considera como delito el abandono y maltrato animal. La sentencia dicta que Ana tiene derecho a estos dos días de baja por “grave motivo familiar y personal”. Al ser bibliotecaria de una universidad pública Ana es funcionaria del Estado. La Sapienza de Roma se ha visto obligada a cumplir con la decisión de los jueces y a cambiar estos días de vacaciones a baja laboral retribuida. El presidente de la LAV que aportó su ayuda a Ana resume «Es un precedente muy importante, porque supone la toma de conciencia de que los animales forman parte del núcleo familiar; algo que debe ser reconocido por la ley».
En Gudog esperamos que cada vez haya más casos de triunfo de los derechos de los animales. En su día contamos nuestra indignación por la ley PPP, una ley que lejos de amparar a los perros, estigmatiza a algunos de ellos. De momento vamos a centrar nuestras esperanzas en que llegará el día en el que los casos de justicia animal dejarán de ser noticia para convertirse en un hecho normal.
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