La cena está a punto de caramelo, mientras tanto pones la mesa y en la tele tu serie favorita preparada para darle al play. No es gran cosa pero sería el mejor momento del día si no fuera porque sabes lo que va a ocurrir a continuación: una mirada penetrante estará llamando tu atención durante toda la cena. Sí, tu perro querrá que le des algo, que compartas tu comida y no dejará de mirarte hasta que termines. Ya se ha convertido en algo habitual que tu perro pida en la mesa y te acompañará con la mirada en cada bocado por si la suerte está de su lado y algo cae al suelo. Y ocurre en un micro-segundo en el que te das cuenta de que ya nada puedes hacer, porque si algo cae al suelo pasa a ser de su propiedad. Y seamos realistas, nunca vas a ser más rápido que él.
Parece gracioso pero no lo es. Y no por ti, sino por él. Mientras estás comiendo y tu perro está a unos centímetros de ti y de tu comida, está sufriendo. Sufre porque tu comida es mucho más apetecible que la suya, porque le permites estar muy cerca de ella pero no comérsela y porque un perro (casi) nunca va a decir que no si se trata de comida. Todo esto tiene una explicación lógica, y es que sus antepasados los lobos comían siempre que se podía y había comida, ya que no sabían cuando volvería a haber. Supervivencia pura.
Aunque a tu perro no le haga falta sobrevivir llenando el estómago por si las moscas, y aunque hay perros más glotones que otros, es muy raro que un perro diga que no a comida humana. Y la realidad es que resulta bastante molesto que un perro pida comida mientras comes, sobre todo si tienes invitados en casa o quieres llevarlo contigo a algún bar o terraza. Algunos hacen amagos para intentar coger algún bocado, lloriquean, no paran de moverse e incluso llegan a acercar el hocico a tu plato. Probablemente tú ya te has acostumbrado a que éste sea su modus operandi, pero tu perro lo pasa realmente mal y es un sufrimiento tonto que podemos evitar.
Algunos consejos para que tu perro no pida en la mesa:
No le des nada de tu comida
Por supuesto, siempre es mejor prevenir que curar. Si desde cachorro le acostumbramos a comer sólo su pienso y nunca le damos de nuestra comida, el deseo por comerla será menor. Pero la realidad es que es muy complicado que un perro no pruebe comida humana en toda su vida, ya que no sólo depende de ti (que además es probable que alguna vez no te hayas podido resistir). Los amigos y familiares no suelen ser buenos aliados cuando queremos cumplir a rajatabla con la alimentación de nuestro perro. Ya sea para ganarse su confianza o por puro desconocimiento, siempre habrá alguien que en alguna ocasión le dé de comer a tu perro algo que no debe. Estos pequeños gestos, a priori sin importancia, pueden suponer un problema en su dieta o en su conducta. Por ejemplo, que pida en la mesa en futuras ocasiones.
Busca “su sitio” a la hora de la comida
Prepara un sitio para él sin necesidad de dejarlo en otra habitación alejado de vosotros mientras coméis pero lo suficientemente lejos para que no pida en la mesa. Puede ser su cama, el sofá o un rinconcito en el suelo. Lo ideal es enseñarle la orden “a tu sitio”, que podrás reforzar con alguna chuche cuando acabes de comer y no se haya movido de ahí. Con el tiempo lo habrá interiorizado y no será necesario darle una recompensa después de cada comida. Si no consigues que vaya solo a su sitio, llévalo tú. La idea es no permitir que tu perro esté alrededor de la mesa mientras comes. ¡Ah! Muy importante: no le hagas mucho caso en ese momento e intenta que no te invada el sentimiento de pena. Evita llamar su atención diciéndole cosas como “no bonito, no puedo darte de mi comida” con un suculento manjar en la mano. ¡Es una auténtica tortura! Así que, dile que vaya o llévalo a su sitio cuando empieces a preparar la mesa (para los más ansiosos puedes adelantar este paso al momento de cocinar) y vuelve con él cuando hayas acabado.
Dale de comer antes de que comas tú para que no pida en la mesa
Aunque cualquier líder de manada te dirá que tu perro nunca debe comer antes que tú, hay algo que está claro: si para tu perro tu comida es una tentación, imagina si además tiene el estómago vacío. Lo más recomendable es que que tenga horarios de comida y siempre coma a la misma hora. No todos los perros comen tres veces al día ni en los mismos horarios, pero si el horario de tu perro coincide con el tuyo, lo más práctico es que le des de comer antes de que comas tú y seguro que disminuirá la probabilidad de que pida en la mesa. ¡Es de sentido común!
Y si no te puedes resistir…
Si algún día especial y por alguna razón quieres darle algo de comida que ha sobrado y sabes que será buena para él, lo mejor será que sigas estas pautas: no le des la comida de tu plato ni le llames desde la mesa para darle lo que ha sobrado. Recoge la mesa con normalidad y llena su comedero de esa comida como cuando le pones su pienso o comida habitual. Lo más recomendable es guardarla para dársela a la hora a la que suele comer su pienso y sustituirlo por esta comida.
Así que ya sabes, aunque a veces nuestros perros sepan qué cara poner para conseguir lo que quieren, lloren o pidan en la mesa, no te dejes llevar por la pena. Probablemente sufran más en esa espera sin saber si hoy le darás o no algo de tu comida. Si consigues que tu perro no pida en la mesa y esté relajado en su sitio, le estarás evitando muchos momentos de estrés y estarás haciendo de él un perro sano y equilibrado. Y desde Gudog te damos un consejo: pregunta siempre antes al dueño del perro cuando quieras darle de comer a un perro que no es tuyo, ¡incluso si es para darle una chuche!
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