No hay felicidad sin mascota

Me dicen que tengo un don, un don de gente y yo añadiría un don de perros. Lo que más me gusta de mi relación con los animales en general, es que se me pegan nada más verme. ¿Será el aura? De todos modos no sé qué es lo que yo les doy, pero sé lo que me dan ellos…amor, mucho amor. Cuidar de ellos no va a ser un problema. Vivo en un chalet frente a un campo muy grande, eso nos da la posibilidad de dar largos paseos y jugar a la pelota. He tenido perros desde los tres años de edad. He pasado por todas las etapas…desde bebé hasta el viaje a la eternidad. Conozco la diferencia entre un perro joven y uno mayor y sé acudir a sus exigencias. No tengo problemas para suministrar medicamento y poner inyección. Perros, gatos, conejos, pájaros, tortugas…he tenido de todo. Mi sueño es tener un elefante algún día. Mi primer perro, una cocker, se llamaba Laika. Yo tenía 3 años cuando entró a hacer parte de la familia. Fue para mí una hermana pequeña. De hecho todas las mascotas que he tenido han sido parte de mi familia. Es una casa de tres plantas rodeada por un jardín, un huerto y una piscina. Por la calle lindante pasan muy pocos coches y en frente hay mucho campo al aire libre. Lo que más me gusta es que estamos muy cerca de una grande ciudad pero inmersos en la naturaleza y su tranquilidad.