Sobre Carolina
Cada paseo con una mascota es una experiencia única, llena de energía, curiosidad y momentos especiales. Comienza con la emoción del perro al verme llegar, moviendo la cola y ansioso por salir a explorar. Antes de salir, reviso que la correa esté bien ajustada y me aseguro de que el perro esté cómodo y seguro. También pregunto a los dueños si hay alguna indicación especial, como evitar ciertos caminos o si el perro sigue alguna rutina específica.
Durante el paseo, me adapto a su ritmo y personalidad. Algunos perros son exploradores natos, oliendo cada rincón y siguiendo rastros con entusiasmo. Otros disfrutan de un trote ligero o prefieren caminar a mi lado, atentos a mi compañía. Para los más juguetones, incluimos momentos de juego con su juguete favorito o pequeñas carreras controladas en zonas seguras.
Me gusta variar las rutas para que cada paseo sea una experiencia nueva y estimulante. Podemos recorrer parques, senderos naturales o calles tranquilas, siempre priorizando la seguridad y bienestar del perro. En los días calurosos, hago pausas en lugares con sombra y llevo agua para mantenerlo hidratado. Si el paseo es en un día frío o lluvioso, adapto la caminata para que sea agradable y libre de estrés.
También presto atención al lenguaje corporal del perro. Si noto que se siente incómodo con algún estímulo, como ruidos fuertes o la presencia de otros perros, ajusto la caminata para que se sienta seguro. Para perros con más energía, incorporo ejercicios de obediencia básica durante el paseo, como sentarse antes de cruzar la calle o caminar junto sin tirar de la correa.
Cuando llega el momento de regresar a casa, me aseguro de que el perro vuelva tranquilo y satisfecho. Si es necesario, limpio sus patas antes de entrar y le doy un pequeño premio (con autorización del dueño) para reforzar una experiencia positiva. Antes de despedirme, siempre me aseguro de que tenga agua fresca.
Cada mascota tiene su propia personalidad y ocurrencias que hacen que cada paseo sea especial. Algunos perros disfrutan persiguiendo hojas que el viento mueve, dando pequeños saltos de alegría como si fueran cachorros otra vez. Otros tienen una manera particular de correr, moviendo sus patas de forma graciosa o haciendo giros inesperados por la emoción.
Algunos perros son expertos en hacer amigos y saludan a otros perros con gran entusiasmo, mientras que otros prefieren observar desde la distancia con curiosidad. Me encanta ver cómo descubren cosas nuevas: un nuevo aroma, un sonido interesante o una ardilla trepando un árbol.
También hay perros que disfrutan de desafíos, como aprender un nuevo comando o mejorar su comportamiento durante el paseo. En estos casos, utilizo refuerzo positivo para hacer la caminata más divertida y educativa. Y, por supuesto, están los que simplemente se tumban en el césped y disfrutan del sol, como si estuvieran de vacaciones.
Algunos perros tienen comportamientos graciosos que hacen reír a cualquiera. He visto perros que se emocionan tanto al ver su correa que empiezan a dar vueltas sobre sí mismos antes de salir. Otros caminan con su juguete favorito en la boca durante todo el paseo, como si no quisieran separarse de él ni un segundo. También están los que ven su reflejo en un charco y se quedan mirándolo, confundidos, como si hubieran encontrado a un nuevo amigo.
Cada paseo es una oportunidad para fortalecer el vínculo entre el perro y su entorno, asegurando que disfruten de cada momento al máximo. ¡No hay nada mejor que verlos felices y saber que han tenido un paseo lleno de alegría !