Sobre Belén
He amado la vida animal desde que tengo uso de razón. Cuando tenía 7 años llegó mi tío para Navidad con un conejo al que llamamos "Pochoclo". Amaba a Pochoclo pero unos años después, mis padres decidieron entregárselo a unos amigos para que lo cuidaran, porque nuestra casa era un lugar chiquito sin jardín.
Entonces, unos años después, llegó Bianca a nuestra vida. Ella fue mi primera perra, una de rescate, que me acompañó y cuidó durante 7 años. Como perro adulto y de rescate, Bianca me ha enseñado a amar y cuidar a estos animales. Fue mi primer amor perruno.
Cuando tenía 22 años, una amiga de mis padres nos llamó y nos dijo que tenía un perrito para dar en adopción. Lo llamamos Tobias y es el perro más loco y hermoso que jamás haya existido.
En 2020, comenzó la pandemia y mi mamá encontró una cajita con un perrito dentro. La cuidamos y decidimos llamarla Juana (en honor a Juana de Azurduy, la guerrera). Estaba en muy mal estado y una vez sanada no quiso salir nunca de nuestra casa. Rescatar a Juana fue una gran experiencia, no solo por el amor que me devolvió, sino porque pude apreciar su evolución desde un estado callejero a ser una mimada, mejorando cada día con los cuidados recomendados por sus veterinarios. Vivir con Tobías y Juana me ha enseñado a adaptar la convivencia de dos perros en una casa.
Y finalmente, cuando me mudé sola a un departamento, adopté de una casa de rescate a una gatita llamada "Olivia", que me robó el corazón todos los días.
Además de esto, desde hace unos meses cuido a diferentes animales mientras viajo por Europa. Conocí a Timmy, Teodora, Rosie, Moussa, Neeps y Scout. Cada uno de ellos me fue enseñando una nueva forma de amor perruno con sus diferentes personalidades. Por eso tengo experiencia con diferentes culturas y hago que cada momento sea especial para cada amigo/a peludo/a.
Todas estas experiencias me mostraron las diferentes maneras de amarlos y cuidar de cada uno.