Sobre Iris
¡Hola! Soy una persona apasionada por el cuidado, la ciencia y los animales. Cuento con una formación muy completa y una vocación clara: cuidar con responsabilidad, atención y cariño.
Tengo el título de Técnico Superior en Laboratorio Clínico y Biomédico y he complementado mi formación con varios cursos específicos aplicados al entorno de laboratorio. Además, tengo el C1 de inglés, lo que me permite comunicarme con fluidez en entornos internacionales o con familias extranjeras.
En el ámbito del cuidado y la seguridad, estoy titulada en socorrismo, primeros auxilios y manejo de DESA (desfibrilador semiautomático), lo que me permite actuar con rapidez y eficacia en caso de emergencia, tanto con personas como en contextos de trabajo.
Mi otra gran pasión son los animales, especialmente los perros. Cuento con varios títulos en adiestramiento canino, tres años de experiencia cuidando perros de todas las edades y he trabajado en un refugio de animales, donde adquirí práctica en el trato con perros con distintos niveles de sociabilidad, necesidades emocionales o condiciones especiales.
Me considero una persona muy comprometida, organizada y empática, con capacidad para adaptarme a distintas situaciones, ya sea en un laboratorio, en el cuidado de mascotas o atendiendo a personas. Me implico al 100 % en todo lo que hago, porque disfruto de aprender, ayudar y dar lo mejor de mí.
Soy una persona profundamente cariñosa y dedicada, y si hay algo que realmente me define es mi amor por los animales. Desde siempre he sentido una conexión muy especial con ellos, y por eso elegí dedicarme a su cuidado no solo como trabajo, sino como una verdadera vocación.
Disfruto cada momento que paso con los perros: pasear con ellos, jugar, preparar su comida, observar sus comportamientos, mimarlos o simplemente acompañarlos en silencio. Para mí, cada perro tiene su personalidad única, y me encanta descubrirla y adaptarme a ella para que se sientan cómodos, tranquilos y felices.
Cuidar animales es algo que me llena de alegría y sentido. No lo hago por obligación ni por rutina: lo hago porque realmente me gusta, me motiva y me hace feliz. Pongo atención, cariño y responsabilidad en cada detalle, como si cuidara de mi propia mascota.
Cuando me confían un perro, sé que me están confiando a un miembro de su familia, y me tomo esa responsabilidad muy en serio, pero con el corazón lleno de amor.
A lo largo de los últimos años, he tenido la suerte de cuidar a muchísimos animales, en distintas situaciones y con todo tipo de necesidades. Esta experiencia no solo me ha dado habilidades prácticas, sino también una gran sensibilidad para entender cómo se siente cada animal y qué necesita para estar bien.
He pasado largas temporadas cuidando perros en sus propias casas, adaptándome a sus rutinas y dándoles compañía mientras sus familias estaban fuera. También he cuidado perros en mi propio hogar, asegurándome de que se sintieran como en casa, atendidos, seguros y rodeados de cariño.
Además, he trabajado en un refugio de animales, donde me encargaba de pasear perros, socializarlos, cuidar de su higiene, alimentación y, sobre todo, darles el afecto que tanto necesitaban. Esta experiencia me enseñó mucho sobre cómo tratar con animales que han pasado por momentos difíciles y cómo ganarse su confianza poco a poco.
Sin duda, aunque me encantan todos los animales, mi mayor experiencia y conexión es con los perros. Me siento muy cómoda con ellos, incluso con los más nerviosos, asustadizos o enérgicos. Sé cómo generar un ambiente de calma y confianza para que puedan mostrarse tal como son, y disfruto profundamente del vínculo que se crea.
Mi casa está pensada y adaptada para que los perros se sientan cómodos, seguros y muy queridos. No es una mansión, pero tampoco es pequeña: tiene el espacio perfecto para que puedan estar a gusto, moverse con libertad y disfrutar de un ambiente tranquilo y familiar.
Aquí los perros son parte de la familia. Pueden subir al sofá, dormir en la cama conmigo si lo necesitan, y siempre están acompañados y atendidos con todo el cariño del mundo. Me encanta tenerlos cerca, mimarlos y hacerles sentir que están en su segundo hogar.
Además, vivo al lado de la playa, lo que me permite hacer paseos maravillosos por el paseo marítimo, con vistas al mar, amaneceres y atardeceres que disfrutamos juntos. Es un planazo para cualquier perro amante de la naturaleza y los largos paseos.
Justo al lado de casa también tengo un parque para perros muy grande, donde pueden correr, jugar y socializar con otros peludos de forma segura. Me encanta verlos disfrutar al aire libre y liberar energía de manera positiva.
Y por supuesto, si hay que lavar patitas al volver a casa, se hace sin problema. Me ocupo de cada detalle con amor y paciencia, porque su bienestar es mi prioridad.