Sobre Cristina
Apasionada por los animales desde siempre, he crecido rodeada de perros, aprendiendo a entender sus necesidades y a brindarles amor incondicional. Sé lo difícil que es confiar el cuidado de tu peludo a alguien más, pero conmigo puedes estar tranquil@: tu perro estará en manos de alguien que lo tratará como si fuera suyo y hará que se sientan como en casa rodeado de juegos y mimos. Mi prioridad es garantizar su bienestar, felicidad y tranquilidad, tanto para él como para ti.
Entiendo lo importante que es que tu peludo reciba toda la atención y cuidado que merece. Por eso, cuando está conmigo, le dedico tiempo exclusivo, asegurándome de que nunca esté solo. Para garantizar esta dedicación, ofrezco mis servicios principalmente los fines de semana y festivos. Sin embargo, si necesitas ayuda en otras fechas, no dudes en consultarme; haré todo lo posible por adaptarme a tus necesidades y las de tu peludo compañero.
Tengo una amplia experiencia cuidando a mis propios perros a lo largo de los años, lo que me ha permitido comprender sus necesidades, personalidades y el amor que requieren a diario. Además, he tenido la oportunidad de cuidar a perros de otras familias en mi hogar, asegurándome de que se sintieran queridos, cómodos y seguros, como si estuvieran en su propia casa.
También he colaborado con diferentes perreras, ayudando en el cuidado y bienestar de perros de todas las razas y tamaños, muchos de ellos con historias difíciles. Estas experiencias me han dado una sensibilidad especial para adaptarme a cada perro, entender sus emociones y ofrecerles la atención que necesitan. Mi prioridad siempre es su felicidad y tranquilidad, tanto para ellos como para sus dueños.
En mi hogar, tu pelud@ contará con una amplia y cómoda camita tanto en el salón como en mi habitación, para que pueda elegir dónde descansar según se sienta más cómodo. Sin embargo, entiendo que muchos perros están acostumbrados a dormir con sus humanos en la cama. Si este es el caso de tu pequeñ@, no dudes en decírmelo; estaré encantada de adaptarme para que se sienta como en casa y disfrute de noches tranquilas y relajadas.
Trabajar en protectoras me ha brindado una experiencia invaluable para entender que cada perro es único, con su propia personalidad, historia y necesidades. Este contacto directo con ellos me enseñó a observar más allá de lo evidente: a distinguir sus formas de comunicarse, sus miedos, sus alegrías y lo que necesitan para sentirse seguros y amados.
Al convivir con perros de diferentes tamaños, razas, edades y temperamentos, aprendí que no hay soluciones genéricas; cada uno requiere un enfoque personalizado. Algunos necesitan espacio y paciencia para sanar traumas, mientras que otros buscan constante interacción y juego para canalizar su energía. Para mí, esa singularidad es lo que hace a cada perro tan especial y digno de toda la dedicación posible. Entender sus necesidades individuales es mi forma de devolverles un poco del amor y la lealtad que nos ofrecen sin condiciones.